Les amants (1958), Ascenseur pour l'Echafaud (1957) Louis Malle.
Nos sumergimos en esa clase de películas que te logran atraer
desde el primer momento, esa clase de cine negro-policiaco con bases de Thriller
(o suspense), que te da a entender que el CINE DE AHORA… es una copia mala de
una obra maestra, con guiones absurdos, escenas patéticas y obscenas (en algunos casos rozando,
y tocando de lleno lo chabacano) con poca información, sin magia, sin interés
alguno, con gastos de película ridículos, dando al “buen cinéfilo” una visión
fría y desinteresada sobre el film, eso si…luego nos lo arreglan poniendo “ESOS EFECTOS
ESPECIALES… QUE A TODO EL MUNDO NOS FASCINA”, que en definitiva y en el fondo,
solamente es un engaño hacia el publico mayoritario.
La guapísima y súper atractiva Jeanne Moreau está en su
mejor momento, el blanco y negro daba su últimos coletazos, y Louis Malle lo
sabe… el sabe adelantarse de periodo, bajo un guión exquisito y minimalista
sobre una banda sonora glamorosa-erótica al ritmo de la trompeta jazz del grandísimo
showman Miles Davis en “Un Ascensor Para El Cadalso 1957”… que luego imitaran
hasta la saciedad en los años 60-70.
Nunca un paseo por la calle fue tan erótico como con Louis Malle…
bajo los pasos de una Jeanne Moreau preciosa, ya consagrada como icono femenino
de la época, que con un simple gesto sabe expresar ese aura que toda actriz
desea en sus películas, provocando los masivos y sanos pensamientos entre los
hombres de la sala.
Eso sólo lo pueden conseguir el cine francés… sus mujeres
bellísimas junto a sus mentes liberales, su forma de entonar ciertas palabras y
por supuesto contando con su erotismo innato… hacen esa explosión de glamour
que toda mujer sueña en sus fotos y reportajes Books artísticos.
Nunca la palabra “Mon Amour” fue tan cinéfila… susurrada
varias veces en un ambiente cálido-amoroso por el tono francés castizo de una
Jeanne dándolo todo con su joven amante en “Les Amants 1958”.Sus preciosos y
naturales labios sabían pronunciar de forma correcta, lo que en ese momento
estaba pasando… se encontraba cómoda en ese sitio… lejos del rancio, pero
protector marido billonario.
Escena apartir del minuto 1:10:33
Nunca el cine fue tan maravilloso, nunca los guiones eran
tan perfectos, nunca la temática se sabia valorar a si misma, donde el narcisismo
cinéfilo estaba a la orden del día. Nunca el ruido de los engranajes eran tan
atrayente como el morbo a lo prohibido, su ruido te incitaba a, acercarte al film y al olor a químicos, grasa y humedad en la sala de máquinas… esa suciedad
sonora provocada por lo rollos de emulsión fotosensible pancromáticos… no se puede sustituir por
nada en el mundo.
Para mi... ambas
obras maestras del cine mundial, de un jovencísimo Louis Malle que por entonces
tan sólo contaba con 24-25 años… el ya sabia lo que era el buen cine… el ya
sabia lo que era la buena música… su pasión por el jazz, no tenia limites, su
forma de visionar las escenas era brutal, tenia un encanto propio, sus películas
respiran ese ambiente del verdadero cineasta, en el que cualquier cinéfilo
encuentra su espacio durante 92 - 88 mins.
En Fin, todo se ha ido degenerando, perdiendo la magia y el
sentimiento, los valores cinéfilos han ido frecuentando poco a poco en lo
común, encasillándose en un cine de malísima calidad, DONDE los vampiros
paliduchos y la ciencia ficción “triban o trillan” lo inventado, los guiones
basura-inexpresivos dirigidos hacia un público joven e inmaduro, donde lo
comercial acecha en cada escena… procurando establecer momentos de comedia y humor ridículos y poco inteligentes, REINAN
el mercado… tras varios intentos de remodelación del cine, con un cierto éxito
solamente entre los que ya tienen una edad y saben valorar lo que vale y lo que
es bueno… “los verdaderos cinéfilos”
Se hecha de menos un Louis Malle, un Billy Wilder o un Josef
Von Sternberg, solo por nombrar unos cuantos.
PD: Descansen en PAZ.
Buena entrada, que razon tienes y ni hablar de las mujeres, antes habia naturalidad, hoy solo hay silicona y operaciones.
ResponderEliminarsaludos